domingo, 13 de julio de 2008

Respuesta al artículo de Ignacio Walker en Blog redacción de la Segunda de hoy

En la Segunda de hoy Ignacio Walker se pregunta ¿Habrá algo bueno?
http://blogs.lasegunda.com/redaccion/2008/07/10/habra-algo-bueno.asp

Escribe: HQ.Gatica

Sobre la "democracia en Chile". Según las cifras que maneja el General Director de Carabineros, Eduardo Gordon, de enero a mayo han sido detenidas 13.788 personas por desórdenes, 5.550 en la Región Metropolitana y 8.238 en provincias y agrega que "casi todos los días hay alguna manifestación no autorizada" y que carabineros, por motivo de esta masiva represión ordenada por el gobierno, ha dejado de lado la custodia de los barrios y poblaciones. Difícilmente podemos decir que estamos en un país donde la democracia está “bastante consolidada”.

La mayoría de los economistas nacionales e internacionales están hoy de acuerdo en que las bajas cifras presentadas en la economía de Chile hoy son alarmantes para un país que estuvo a la cabeza de un crecimiento que no fue tal para la mayoría.

Si bien es cierto que el ingreso per cápita se empina por sobre los US$ 14.000 eso no significa que los ciudadanos reciban esa suma que está enormemente mal distribuida y de la cual la mayor parte va a parar a los bolsillos de los más acaudalados de este país. En el primer semestre del presente año, Chile tuvo un superávit comercial de 5.260 millones de dólares menos comparado con los de la primera mitad del 2007. La economía chilena ha registrado este año un bajo crecimiento que no superaría el 4 por ciento, mientras la inflación ha tenido un importante repunte y llega hoy a un 9,5 por ciento.

Los programas sociales elaborados por el gobierno “en favor de los más pobres” no tienen la calidad esperada, están compuestos en su mayoría por parches, bonos ocasionales y acciones con claros rasgos caritativos en un desesperado intento de administrar la pobreza de la mejor manera posible. El senado, con la aprobación de la LGE, acaba de cementar el lucro en la educación lo que significa que, de los dineros que corresponden a cada estudiante, una buena parte van a ir a parar a los bolsillos de los sostenedores o dueños de las escuelas o universidades con un significativo desmedro en la calidad de la educación.

Finalmente me espero que don Ignacio y yo estemos hablando del mismo país.

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