Con relación a la traída de Marc Anthony lo que más llama la atención son los precios de fantasía que estos artistas cobran por una noche de presentación cuestión que hay que verla en el contexto general de la ciudad de Viña del Mar.El año pasado, durante los días de festival y recorriendo la calle Valparaíso de esta cuidad entre Von Schroeders y la plaza de Viña, se me acercaron ocho personas a pedirme dinero sin contar los mendigos estacionados en las esquinas que amistosamente conviven con los perros vagos. Frente a la pregunta ¿porqué hay tantos mendigos? las respuestas fueron muchas: “estos son mendigos profesionales” “todos estos que piden plata… tienen plata!” “no quieren trabajar”, “son flojos” etc. pero entre estos mendigos que se me acercaron dos fueron menores de edad que estaban con seguridad mandados por adultos. Unos metros más allá, en la quinta Vergara, estaba la Tonka Tomicic quien gana cerca de 12 millones mensuales (por el festival ganó 52 millones, divida esa suma por seis y saque lo que ganó por cada día de festival, es lejos mucho más de lo que muchos ganan en un año).
Volviendo a los mendigos, ¿quién se preocupa de ellos? ¿Valdrá la pena pedir dinero en las calles? ¿Se gana más pidiendo dinero en la calle que trabajando? ¿Cuánto ganan? ¿No es preocupante para la imagen de la cuidad tanto mendigo?
Debe ser una ocupación rentable eso de pedir dinero en las calles comparado con los sueldos que se ganan en un trabajo que a lo mejor ni existe. Quizás se evita en parte la delincuencia como claramente lo dijo un ex presidiario en un amedrentante y pedigüeño discurso en una micro de recorrido entre Viña y Valparaíso, por supuesto sin la intención de tratar a los mendigos de delincuentes.
¿Cómo explicar un millonario y orgulloso festival cuando por las calles aledañas a este caminan personas preocupadas por ganar de alguna forma su sustento más básico?
Entre los cesantes, mendigos y trabajadores de bajos sueldos contra los honorarios de los artistas de Viña incluyendo a la Tonka con sus 56 millones hay un abismo de diferencia en los ingresos. Estos son dos mundos diferentes y aceptados por todos en un macabro contexto de ignorancia e injusticia. Debe haber diferencias de sueldos pero deben existir también las mismas posibilidades para todos desde el comienzo. ¿Por qué no destinamos los dineros del festival de Viña del Mar a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes primero? Total el festival son solo seis días y entre pobres, cesantes, y mendigos muchos lo son 365 días al año.
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